Me reafirmo: lo más edificante de mi vida fue ganar
aquel concurso de televisión. Pero quién recuerda aquello, ¿no? Claro. ¿Qué
mérito tuvo?
Aunque claro, los impuestos… Miren, del asunto
de los impuestos sobre el premio gordo sí tengo que reconocer que me enteré
después.
Humildad, llaman a eso. ¿No?
No hay comentarios:
Publicar un comentario