sábado, 27 de julio de 2019

Liquidación


Piénselo bien antes de entrar en los inescrutables caminos del divorcio. Piense bien cómo formalizó para siempre su amor. Porque, en caso de gananciales, el juez le pedirá que se tumbe, que se extienda, que se relaje, y ordenará a gritos que traigan la sierra. La mitad ha de ser exacta, perfecta. La mitad duele.

Consuélese: para la separación de bienes, lo que manda traer son cuerdas y caballos.

lunes, 15 de julio de 2019

Crisis occipital


Hubo una revuelta en el cráneo de este hombre. Ideas inciertas que nunca florecieron se amotinaron contra este antiguo genio, y con franca indisciplina reclamaron su derecho a ser expresadas. El mal llamado amo, que no las consideró aún procedentes, tuvo a bien avisar con cierta antelación de un cierto dolor en un concreto ángulo en la parte trasera del cráneo, sin sospechar la rebelión. La lengua se le empezó a trabar, susurrando con timidez insurrecta palabras que su propietario no quería. Quedó claro que toda resistencia de silencio de este antiguo genio sería inútil; por mucho que se tapara la boca, la presión tenía que salir. Los que le encontraron, tendido en el suelo y obviamente muerto, con aquel gran agujero abierto en un concreto ángulo en la parte trasera del cráneo, nunca descubrieron un por qué, pero reconocieron encontrarse muy inspirados en aquella dantesca escena.

lunes, 8 de julio de 2019

Velocistas


Muchacho, la mala suerte que hemos tenido, y lo que no imaginaron mil guerras de mundos mil veces escritas en mil pasquines por otros tantos presuntos visionarios, es que a estos octavos pasajeros les atrae la gente que corre, y les solivianta la quietud.

Creo que pronto nos cansaremos de andar. Creo que pronto se nos quebrarán los gemelos.

Qué mala suerte.

lunes, 1 de julio de 2019

Vigilia


Despertó tras algunos años de sueño por la luz del fuego y los gritos ahogados de mujeres rasgadas por gentes muy, muy desconsideradas. Vio un mundo avejentado y macilento, añil y demás adjetivos que puedan ir muy bien al caso, un mundo muy clásico a su manera. 

Locos, locos por doquier, tarados aullando por encima de tarados menores. 

Lo vio todo con legañas en los ojos. Un mundo fatal. Pero no uno peor.

Y por eso decidió, después de pensarlo y mascarlo, que quizá podía quedar algo que decir. Empezó con

Perdón por la ausencia.