jueves, 11 de diciembre de 2014

Gusto por el círculo

Reconozco hallarme gratamente sorprendido de que en esta tu hora de mayor descanso y reparo consigas tal proeza de la anatomía, tal torsión tanto ósea como muscular, que apartes los límites de la carne y la proporción y que, aún con todo ello, sigas (sirve la palabra, es certera) bella. Geométricamente bella, con exactitud. Radial.
Y aunque tantos, y con tantísima vulgaridad, sigan llamando a eso con injusta simpleza “hacerse un ovillo”, para mí, reconozco con satisfacción, siempre habrá ahí poesía.

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