Tiene usted toda la razón. No somos más que polvo. No
seremos otra cosa. Ese será nuestro final. Pero no hay necesidad de adelantar
acontecimientos, ¿comprende? Si es inevitable, aguardemos ese destino con
resignación y paciencia. Y, mientras tanto, le aconsejo que intente buscar la
alegría de vivir, de vivir el momento. Créame, no se arrepentirá. Haga usted un
esfuerzo por vivir. Olvídese del polvo y la ceniza. Piense un poco más en la
sangre y en el nervio. Por favor, SUELTE
ESE LANZALLAMAS.
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