Solía decirse que el fenómeno tronista triunfó sobre
todo, física e intelectualmente; incluso sobre aquellos clásicos nacionales que
se creían más intocables e imperecederos. Pues, ¿no fue Larra el que dijo
aquello de…?
«En este triste país, si a un zapatero se
le antoja hacer una botella y le sale mal, después ya no le dejan hacer zapatos».
Y, sin embargo, está demostrado que cuando un o una
tronista era expulsado de un reality show,
iba a ser admitido en otro formato televisivo semejante o idéntico en un breve
espacio de tiempo, además con gran gloria y fanfarria.
A eso, por parte de los que aún recordaban quién fue
Larra, se le llamó evolución.
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