Dijeron que sí, que por fin, que creían haberlos
encontrado. Los restos del famoso escritor, icono nacional, orgullo patrio,
genio entre los genios de su idioma y de sus letras. Al fin se podía haber dado
con ellos, cuando se dispersaron la turba y el humo, y quedaron a la lúgubre vista
las densas cenizas y la estructura calcinada de una biblioteca, que por más
majestuosa que fuera en el pasado lejano no había resultado más respectada en
el inmediato.
Allí debajo, dijeron, quizá escarbando un poco, demos
con los restos del famoso escritor.
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