«¡Pagad menos, pagad menos mientras podáis,
insensatos!», se escuchó gritar entre risas diabólicas y absolutamente
enloquecidas tras una de las más distinguidas puertas del Ministerio de
Economía. Sobre lo que ocurría en aquel despacho tras aquellas robustas puertas
todo fueron teorías, oscuridades y suposiciones. Las más aceptadas, por ser las
más verosímiles, afirmaban que se estaban planificando las próximas elecciones.
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