La gran mayoría de los expertos consultados, todos
ellos consumados analistas de la alta política con probada y dilatada carrera
en concretar lo que otros, por pereza o cobardía, dejaron en las tinieblas de
la ambigüedad, estuvieron de acuerdo en señalar lo que su Majestad el Rey de la
Nación dijo entre líneas durante su tradicional discurso navideño, y con gran
generosidad y espíritu festivo estuvieron dispuestos a compartirlos con el
vulgo profano:
«Estimados conciudadanos: me ha encantado este rato
que hemos pasado juntos. De verdad. Han estado muy bien estas décadas de
jefatura del Estado, de Corona, desfiles y demás. Ha sido un placer compartirlo
con todos vosotros. Lo digo de corazón, porque me da la impresión de que tal la
navidad que viene ya no esté aquí, dándoos palabras de aliento en los tiempos
más oscuros, palabras que yo sé que necesitáis, pero que por algún motivo ya no
queréis. No sé qué ha podido salir mal entre nosotros, la verdad. No sé por qué
no ha funcionado, si parecíamos uña y carne, vosotros y yo, almas gemelas. Igual
no he hecho algo bien, o no lo ha hecho otro. Igual ha sido una desagradable
falta de entendimiento. Un simple malentendido. No lo sé. Solo os digo, por si
mañana ya no estuviera porque no queréis que esté, que me ha encantado este
ratito».
Que se vaya el rey no significa que se vaya la monarquía. Con lo cual seguiremos igual.
ResponderEliminarBon nadal :)
Al menos sabemos que alguien si la pasó bien después de todo...
ResponderEliminarSaludos
J.