Se me ocurrió alguna cosa para despedir el año,
aunque fuera a un nivel muy prototípico y superficial, pero lo cierto y honesto
es que no era más que un pedazo de basura rimbombante y pretencioso, y de eso
Internet y las letras en general ya andan llenos; mi aportación nunca ha sido
tan innecesaria. Dicho lo cual, solo me queda decirle al año que ya suelta sus
últimos estertores lo siguiente: Amigo dos mil trece; sonaste feo, pero abriste
la boca y además te olía mal el aliento.
Sin rencor.
Nos vemos en las historietas.
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