Muchacho, la
mala suerte que hemos tenido, y lo que no imaginaron mil guerras de mundos mil
veces escritas en mil pasquines por otros tantos presuntos visionarios, es que
a estos octavos pasajeros les atrae la gente que corre, y les solivianta la
quietud.
Creo que pronto
nos cansaremos de andar. Creo que pronto se nos quebrarán los gemelos.
Qué mala suerte.
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