lunes, 11 de noviembre de 2013
Bloqueo creativo (II)
Luego está eso que llamo desde tiempos muy recientes
la «paradoja de Cortázar»: que, sin ser precisamente uno de mis escritores más
reverenciados, me resulta muy inspirador. En cualquier conversación sobre él
siempre se me ocurren más contras que pros – un excesivo malabarismo del
lenguaje, por ejemplo, o su obstinación apabullante con París, como si el resto
del mundo fuese provinciano – y, sin
embargo, hete aquí que leo alguna pieza suya y se me encienden las alarmas de
las musas. De repente surge una frase, una idea, una atmósfera. Siendo nada más
que un crío, leí en un libro escolar las primeras líneas de Rayuela, y las retuve durante años en la
memoria hasta el momento en el que me decidí a abordar el libro. Aún hoy,
cuando las sigo leyendo, me parecen mucho más relajantes que otros tantos
comienzos de otros tantos libros que pongo muy por encima en mis gustos. Y el
bueno de Julio, al que empiezo a creer que por cabezonería nunca colocaré en mi
cima personal, seguirá acudiendo por mucho tiempo al rescate más ingrato que se
haya visto.
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Yo siempre he sido pro-Cortázar, aunque reconozco que mi devoción tiene más que ver con sus relatos que con sus novelas(a las que también he sido adicta pero creo que más bien como una expansión de ese mundo que yo identifico en sus relatos...). En estos últimos tiempos lo tengo un tanto abandonado, quizás porque está tan presente en todas partes, que añoro esa relación que "teníamos" casi íntima(supongo que esto debe ser lo que siente la mayoría de la gente respecto a sus autores predilectos). En todo caso coincidimos(yo sin paradoja) en que muchas veces nos ha resultado inspirador...Un abrazo.
ResponderEliminarDespués de vivir muchos años en Argentina, puedo afirmar que la gran rivalidad aquí está entre los borgeanos y los cortazianos. Es verdad que alguien puede decir que le gusta más Arlt o Sábato, pero si dejamos de lado estas particularidades, Borges y Cortázar son los mayores referentes de la literatura de este país.
ResponderEliminarEn lo personal, tampoco está Cortázar en la cima de mis gustos personales, pero reconozco que hizo mucho por lo que hoy los sabiondos llaman Literatura Fantástica Latinoamericana. Pero te doy la derecha en esta idea, la 'frescura' de ciertos relatos hacen que nuestra imaginación vuele y nos sorprenda pensando en algo que podría convertirse en un texto interesante.
Su postura en relación con París es característica de una época muy particular, lo mismo solemos sentir cuando leemos a Hemingway, Vila-Matas, Duras, Bryce Echenique y tantos otros.
Un fuerte abrazo.
HD
Sobre todo ese empecinamiento con París!!! Pero bueno, es Cortázar, y ya está en el Olimpo. Un abrazo.
ResponderEliminarLo leí hace unos meses, lo tenía en la biblioteca y nunca lo había abierto. Luego leí 62 y El libro de Manuel.
ResponderEliminarY, la verdad, sigo prefiriendo al Cortázar de los cuentos...
Pero, sobre gustos, podríamos escribir algo alguna vez.
Saludos!
J.