Siempre es así, y tiene que serlo. Explico
minuciosamente a mis alumnos que es imposible viajar hacia atrás en el tiempo,
que es mejor que olviden ideas trasnochadas. Los abrumo con argumentos físicos
imposibles de rebatir. Les corto las alas en apenas hora y media. Y en ese
tiempo se convencen de sobras. Les disuado de una idea tan disparatada. La
resistencia es mínima e inconsistente. Siempre es así, siempre se convencen
todos, sin fisuras, obedientes. Menos yo, que me escucho atentamente, nublado
el rostro por la duda, y noto algo en el pecho que me impide alzar la mano en
el turno de preguntas.
Creo, porque tiene que serlo, que siempre es el
orgullo.
En esas debe andar dios, convenciendo pero no creyéndose a sí mismo... Un abrazo.
ResponderEliminar¿Que otra cosa podría ser si no es orgullo por la propias palabras?
ResponderEliminarMuy buen relato, muy bien construido.
Saludos!
J.