El estudio se llamó “Proyecto Springsteen” y se
financió con “cuentas negras” europeas.
La elección de España fue lógica y obvia, pues es un país con – siendo amables
- una pobre cultura en idiomas, ideal para conclusiones realmente fidedignas. Ciertamente,
dichos resultados respondieron a las expectativas iniciales, e incluso las
superaron. El objeto de la investigación era descubrir hasta qué punto el
ciudadano medio se identificaba con estímulos que no llegaba a comprender
plenamente, pero que asimilaba y aprobaba en el marco de sus “apetencias”. Para
ello se utilizaron recursos simples y tradicionales, concretamente éxitos recientes
de la música pop y rock extranjera: muy pocos de los sujetos entendían
realmente lo que se estaba diciendo, pero quedaron muy satisfechos por lo que
escucharon y no hubo ningún interés real por conocerlo. La conclusión más
inmediata que se extrajo, chispa de inicio del resto del proyecto, fue que el
sujeto estándar atiende mucho más a cuestiones de forma, sin preocuparse de indagar en el fondo, en tanto la forma no le resulte desagradable o inarmónica.
Y así nació nuestro Gobierno.
Y el terror.
ResponderEliminarEsto habría que revisarlo... si lo importante es la forma y que no resulte desagradable al sujeto estándar, algo falla con la voz de Rajoy o con los oídos del sujeto estándar.
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