Un amigo que estuvo muerto durante diez minutos me contó que al otro lado (sic) sólo hay un tipo andrógino e imposible (por lo que nunca descartó que también pudiera ser una tipa; o sí, también ambas cosas a la vez), que te señala con el dedo y se ríe a carcajada limpia. No hace otra cosa más que descoyuntarse voluntariamente la mandíbula. Durante siglos se descojona sin descanso, y nunca dice qué es tan gracioso, ni se llega a alejar mucho.
Yo confío mucho en este hombre, y adivino pronto a charlatanes. Así que, señor, si le digo esto es para que sepa que pagaré lo que sea por su mejor congelador.
Créame. Tengo muy poco sentido del humor. Lo que sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario