A veces recuerdo con cierta nostalgia aquellos buenos
tiempos en los que aquel, el otro, se
molestó por mi llegada. Cómo intentó aplastarme. Claro que por entonces él aún
tomaba las decisiones aquí, aún podía decirse que fue él el que lo intentó, que
todo esto que hoy muevo yo antes lo movía él. Por entonces, sí, antes de la
picadura.
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