El ilustre ponente del foro sanitario convocado a
raíz de la rápida e incontrolada expansión del brote africano subió al estrado escoltado
por un sepulcral y respetuoso silencio, y aclaró su garganta antes de comenzar
su exposición, revestida toda ella, como el resto del acto, de la debida
solemnidad, acorde a la urgencia que había motivado la reunión de notables.
«La situación es gravísima, señores», comenzó, sin
querer demorarse en pormenores innecesarios. Y continuó: «A decir verdad, y
dicho de un modo llano, la cosa está muy negra».
Surgió entonces una oleada de risas y aplausos por
parte de los asistentes, que celebraron con gran algarabía y festejo una
ocurrencia que muchos habían considerado con anterioridad, como poco, probable.
«Lo ha dicho, lo ha dicho», se comentó, entre
lágrimas saltadas y palmadas al hombro.
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