¿Tú llegaste a conocerle? Era un tipo con fantasía,
mi cuñado. Con imaginación, aunque otra forma de llamarlo es bobo, y yo pues
prefiero llamarlo así. Porque hay que ser corto. Pues no dijeron que había dragones en Madrid y, con los ojos
haciéndole chiribitas como si fuera un imberbe, un mozo bobalicón de los que
piden collejas a gritos, cogió el caballo y se fue para la capital sin decirles
nada a la mujer y a los críos. Así, claro, se libró de la puta colleja, de la
mía. Se la habría dado con todo el alma.
Que qué pasó con él, claro, querrás saber. Pues
tardamos, tardamos un poco en saberlo, y mi hermana estaba que no vivía, la
pobre, con todo el asunto ese de los franceses tirando a la gente... Que por
mucho que estuvieran casados yo no lo he entendido nunca, porque era tonto de
los de verdad, pero a ella se le iba la vida por la boca, se le estaba yendo
todo. Hasta que un día nos llegó por el del correo que, según decían, al poco
de llegar la caballería francesa en alguna carga le aplastó la cabeza.
Un tipo con fantasía, oye. La derrochaba. Si te digo
que al final vio dragones.
La gente siempre termina viendo lo que quiere creer...
ResponderEliminarExcelente texto.
Saludos
J.
Ojalá todos entiendan el guiño... incluido yo tal vez.
ResponderEliminarUn abrazo.
HD
Dragones eran, eso está claro.
ResponderEliminarEl lenguaje me ha encantado, te mete en otra época pero no cae en eso de imitar el castellano antiguo - eso lo odio -.